Anestesia: mitos y verdades

Eugenio Gómez Rivero.- No existen dudas: someterse a una cirugía puede ser estresante. Si tienes programada una cirugía, es posible que tengas preguntas o inquietudes acerca de la anestesia. La idea de estar inconsciente o de perder temporalmente la sensibilidad puede resultar absolutamente desconcertante.

Conocer los aspectos básicos sobre la anestesia puede ayudar a responder tus preguntas y calmar inquietudes, ya sea que se trate de un procedimiento con una inyección para adormecer un área o una cirugía más importante en la que estarás "dormido".

Básicamente, la anestesia es el uso de medicamento para evitar la sensación de dolor u otra sensación durante una cirugía u otros procedimientos que podrían ser dolorosos (como los puntos de sutura o la extracción de verrugas). Los diferentes tipos de anestesia, ya sea que se administren como inyección o mediante la inhalación de gases o vapores, afectan el sistema nervioso de varias formas al bloquear los impulsos nerviosos y, por lo tanto, el dolor.

En los hospitales y centros quirúrgicos de hoy, profesionales muy capacitados usan una amplia variedad de medicamentos modernos y seguros, y tecnología de monitoreo sumamente calificada. Un anestesista es un médico que se especializa en administrar y controlar los anestésicos (medicamentos que adormecen un área del cuerpo o ayudan a que te duermas y permanezcas dormido).

Además de administrar medicamentos para la anestesia a fin de prepararte para la intervención quirúrgica, el anestesista:


  • supervisará las principales funciones corporales (como la respiración, la frecuencia y el ritmo cardíacos, la temperatura corporal, la presión arterial y los niveles de oxígeno en la sangre) durante la cirugía
  • tratará cualquier problema que pueda surgir durante la cirugía
  • controlará cualquier dolor que puedas tener después de la cirugía
  • te mantendrá lo más cómodo posible antes, durante y después de la cirugía
Un enfermero anestesista diplomado certificado (CRNA) especialmente capacitado, un médico residente o un estudiante de enfermería de anestesia, que trabajan con el anestesista y el cirujano, pueden ayudar a que se te administre la anestesia. Los CRNA pueden trabajar bajo la supervisión de un anestesista o de forma independiente: todo depende del estado en que vives o del hospital.

¿Cuáles son los tipos de anestesia?


La anestesia se divide en tres categorías principales: general, regional y local; todas se pueden administrar mediante varios métodos y diferentes medicamentos que afectan el sistema nervioso de alguna manera. La Sociedad Americana de Anestesistas (American Society of Anesthesiologists, ASA) compara el sistema nervioso con el sistema telefónico de una oficina, con el cerebro como el conmutador, los nervios como los cables y las partes del cuerpo que sienten dolor como los teléfonos.

Anestesia general. El objetivo es dejar a la persona completamente inconsciente (o "dormida") y mantenerla en este estado durante la cirugía, sin sensaciones, sentimientos de dolor, conciencia, movimiento o memoria de la cirugía. La anestesia general se puede administrar a través de una vía intravenosa (que requiere la inserción de una aguja en una vena, generalmente del brazo) o mediante la inhalación de gases o vapores.

Anestesia regional. El medicamento anestésico se inyecta cerca de un grupo de nervios, y adormece una extensa área del cuerpo (como desde la cintura hacia abajo). Una persona que recibe anestesia regional, en general, se encuentra dormida antes de que se realice el procedimiento. Sin embargo, los niños mayores o aquellos que se encontrarían en un riesgo anestético no aceptable, pueden estar despiertos o sólo sedados durante el procedimiento. Por ejemplo, si una persona tiene sobrepeso, es posible que le resulte difícil al anestesista palpar los huesos que lo guían a la ubicación correcta de la aguja. Este tipo de anestesia incluye epidurales, bloqueos caudales (que son similares a los epidurales, pero se colocan en el coxis) y bloqueos espinales (que adormecen aún más la parte inferior del cuerpo).

Anestesia local. Un medicamento anestésico local adormece solo una pequeña parte del cuerpo (por ejemplo, una mano o un área de la piel). Según el tamaño del área, la anestesia local se puede administrar como inyección, aerosol o ungüento. Con la anestesia local, la persona puede estar despierta, sedada o dormida. La anestesia local suele usarse para intervenciones quirúrgicas menores y procedimientos en pacientes ambulatorios (pacientes que llegan para someterse a una operación y se pueden ir a sus hogares el mismo día). Probablemente, este es el tipo de anestesia que se usará si te realizan una intervención quirúrgica en una clínica o en el consultorio médico (como el dentista o el dermatólogo).

El tipo y la cantidad de anestesia se adaptarán específicamente a tus necesidades y dependerá de varios factores, incluidos tu edad, tu peso, el tipo y el área de la cirugía, cualquier alergia que puedas tener y tu cuadro clínico al momento de la cirugía.

¿Cuáles son los efectos secundarios comunes?


Cuando te despiertes de la cirugía, muy probablemente te sentirás desorientado, atontado y un poco confundido. Algunos otros efectos secundarios comunes que deben desaparecer con bastante rapidez son los siguientes:


  • náuseas o vómitos, que se pueden aliviar generalmente con un medicamento para las náuseas
  • escalofríos o temblores
  • dolor de garganta (si se usó un tubo para ayudar con la respiración)

¿Cuáles son los riesgos?


Hoy en día, la anestesia es muy segura. En muy pocos casos, la anestesia puede causar complicaciones (como ritmos cardíacos extraños, problemas respiratorios, reacciones alérgicas a los medicamentos e incluso la muerte). Los riesgos dependen del tipo de procedimiento, el estado del paciente y el tipo de anestesia usado. Asegúrate de hablar con el médico, el cirujano o el anestesista sobre las inquietudes que tengas.

La mayoría de las complicaciones, en general, se pueden prevenir simplemente al proporcionarle al anestesista, antes de la cirugía, información completa sobre: tu salud actual o pasada (incluidas enfermedades o afecciones como resfriados recientes o actuales, u otros problemas como ronquidos o depresión) cualquier medicamento (con receta o de venta libre), suplemento o remedio a base de hierbas que tomes cualquier alergia (especialmente a alimentos, medicamentos o al látex) que puedas tener si fumas, bebes alcohol o tomas cualquier droga recreativa cualquier reacción previa que tú o algún miembro de tu familia haya tenido a la anestesia.

Para garantizar tu seguridad durante la cirugía, es extremadamente importante responder todas las preguntas del anestesista de la forma más sincera y minuciosa posible. Lo que puede parecer inofensivo podría incidir en la forma en que reaccionas a la anestesia.

También es importante que sigas las recomendaciones del médico sobre qué no hacer antes de la cirugía. Probablemente no podrás comer ni beber (generalmente nada después de la medianoche del día anterior) y es posible que debas interrumpir la administración de suplementos a base de hierbas o de otros medicamentos durante un período de tiempo determinado antes de la intervención quirúrgica.

Puedes estar tranquilo de que la seguridad de los procedimientos anestésicos ha mejorado muchísimo en los últimos 25 años, gracias a los avances de la tecnología y la capacitación extensiva que reciben los anestesistas. Cuanto más informado, tranquilo y confiado estés con respecto a la intervención quirúrgica y la seguridad de la anestesia, probablemente más fácil te resultará la experiencia.

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